Hace poco que ha vuelto de Panamá y de Utrecht, y ya está planeando nuevas aventuras. Patri Rojas ha oído un millón de veces eso de “¿para qué viajas? si aquí, en casa, se está bien”. Nada ni nadie ha parado a La Cosmopolilla, una viajera empedernida que cuenta sus aventuras en su blog. Un café en Lolina Vintage Café sirve de excusa para charlar de sus escapadas, de sus momentos de inflexión y de la (incurable) adicción por viajar.

Eres de Motril, estudiaste en Málaga y después te mudaste a Madrid ¿cómo te acogió la capital? Al principio fue duro. Nunca había vivido fuera de Andalucía y Madrid me pareció una ciudad muy grande. En Málaga estaba arropada por mis amigos pero en Madrid te sientes muy desubicado, la gente es muy independiente y me costó mucho hacer amistades.

Vives aquí desde 2002 ¿no te sientes ya un poco gata?
No (risas) Yo creo que no. Tengo muy interiorizado que soy de Granada, que esa es mi tierra, mi casa. En Madrid ahora estoy bien pero tengo la sensación de que no es para toda la vida, de que es una ciudad de transición… aunque van pasando los años y todavía sigo aquí (risas) Tengo una relación amor-odio con la ciudad.

¿Recuerdas tu primer viaje?
De pequeña siempre viajaba con mis padres de camping con la furgo. Mi primer viaje fue a Galicia, tendría 11 años y desde allí pasamos a Portugal. Me pareció muy chulo ver otro país. Ahora Portugal me parece como ir a mi pueblo pero recuerdo que tuve que sellar el pasaporte, una aventura. También recuerdo el viaje de estudios a Praga, una ciudad que me fascinó. Es mi ciudad favorita.

«Monetizar las visitas del blog es muy difícil y no me convence.

El blog es un escaparate y a partir de ahí, consigues cosas»

¿Cuándo decides abrir el blog y dedicarte a contar tus viajes? 
Empecé el blog por casualidad, como parte de un ejercicio de un curso en El Matadero. En ese momento leía mucho a Paco Nadal y aproveché que además me gustaba viajar. He trabajado en marketing pero siempre he continuado escribiendo. El primer viaje sobre el que escribí fue Islandia, la gente me animó a seguir y decidí contar mis viajes. Cometí el error de poner al blog un nombre horroroso. El propio Paco Nadal me aconsejó que lo cambiara porque nadie se acordaba. Tomé el nombre de mi cuenta de Instagram, La Cosmopolilla, un apodo que me puso un amigo porque siempre estaba de aquí pá allá.

¿Se puede vivir de contar los viajes?
Ahora mismo me estoy dedicando por completo al blog porque no tengo trabajo. Vivir de esto es muy complicado. Sólo si tienes muchísimas visitas y si escribes en otros medios. Monetizar las visitas con la venta de productos o banners, es muy difícil. De momento no he puesto ninguno, no me convencen. Ya lo dijo Paco Nadal: “el blog es un escaparate” y a partir de ahí puedes ir consiguiendo cosillas.

¿Cuál dirías que ha sido el viaje más bonito que has hecho? 
El próximo (risas). El transiberiano fue muy especial. La experiencia de subirte en ese tren es muy bonita. Y el último viaje también es el más bonito, es el que siempre tienes más fresco.

Recorres países y te vas encontrando con personas ¿hay alguien que te haya impactado especialmente? 
Sí, en Panamá me ha impactado vivir con los kuna, un pueblo indígena en una isla de San Blas. Es un pueblo que no se considera panameño y no se someten. Conocí al padre de una familia, con mi edad y con 7 hijos.  Yo le preguntaba ¿a qué te dedicas Néstor? y él me decía “un poco de aquí, un poco de esto…”  Y son muy felices, no necesitan nada. Ha sido increíble convivir con ellos y ver cómo se plantean la vida. El primo también era un personaje: salió de la isla, vivió en Europa y volvió a San Blas. Reivindica la cultura indígena y el espíritu revolucionario. Está montando una casa de la cultura para exponer obras allí.     

«Me cuesta escribir sobre lo malo pero es necesario. A veces sólo se cuentan las maravillas de un viaje y en todas partes hay algo negativo.»

Lago Baikal, Siberia.

Lago Baikal, Siberia.

Todas esas historias las tienes que transformar en crónicas, en palabras ¿hay alguna sensación sobre la que te cueste más escribir? 
Me cuesta escribir lo malo. Escribir sobre aquello que no te ha gustado es muy necesario. Tienes que ser sincero y esto se achaca mucho a los blogs de viajes, que sólo hablan de las maravillas de viajar.  Y no es así, en todas partes hay algo negativo, incluso en España. Me cuesta porque no quiero dar la impresión de que es criticar por criticar. Por ejemplo, sobre Marrakech, que me encanta pero hay cosas que no me gustan como usar a los animales para que los turistas se hagan fotos.

¿Te llevas libros en tus viajes? 
Sí, siempre. Llevo dos, la guía de viaje y uno de lectura. En un viaje hay muchos ratos muertos, autobuses, estaciones… Siempre me llevo un libro y me lo termino. ¡Y mi libreta donde tomo notas!

Durante un viaje también hay momentos de decepción ¿te ha ocurrido?
Sí, Pekín me decepcionó muchísimo. Tenía muchas expectativas y fue un chasco. Es el único sitio en el que he dicho “me quiero ir”. No conecté con la ciudad. Es verdad que venía de Mongolia donde la gente es super amable y no sabía qué me iba a encontrar. Y cuando llegué a Pekín tuve muy mala suerte. Se estaba celebrando el aniversario de la guerra chino-japonesa y el centro estaba cerrado y había muchos controles policiales. Fue un despropósito.

¿Te cuesta volver a casa?
Sí, mucho. Las vueltas cada vez las llevo peor. Hay cosas que echas de menos pero creo que es porque no he estado fuera el tiempo suficiente, un viaje largo y me refiero a un viaje sin fecha de vuelta. Experimentar ese momento de “hasta aquí, estoy cansada y quiero volver”. Lo máximo que he viajado han sido veinti muchos días y cuando me toca volver, quiero seguir el viaje. Realmente quiero averiguar cuál es mi límite.

¿Crees que podrías vivir sin viajar?
No (sonríe)

¿Entiendes la actitud no viajera?
Sí. Al final cada uno tiene una serie de inquietudes y si esa, la de los viajes, no se ha despertado, se habrá despertado otra. Cada uno descubre los pequeños placeres de la vida pero es verdad que puedo sentir un poco de pena si no lo ha descubierto aún porque los viajes me hacen muy feliz. Conozco a gente a la que no le gusta viajar porque la sensación de sentirse fuera de su entorno le produce estrés y ansiedad. Pero también te digo que poco a poco se despierta el interés. En mi pueblo ocurre: muchas personas no han salido de allí y me preguntan por qué viajo, que para qué. Mi abuela por ejemplo, me decía “estás loca, siempre por ahí, no vas a formar familia”, y en los últimos años cuando la visitaba en la residencia siempre me piropeaba y presumía de nieta viajera.

«Viajar por Europa es estar en casa.  
La  sensación es más fuerte cuando sales del continente y vuelves»

Has viajado mucho por Europa ¿qué crees que nos une como continente?
Compartimos un espacio geográfico y una cercanía que nos hace estar conectados. Cuando viajas por Europa te sientes como en casa pero esa sensación es más fuerte cuando sales fuera de Europa y vuelves. Por ejemplo, vas a Marruecos, que está aquí al lado, y ves que es otro mundo y te das cuenta de que Europa, culturalmente, es muy similar. Otro ejemplo, cuando dejé Pekín, hice escala en Varsovia, nunca había estado allí y me sentí como en casa. Incluso la arquitectura europea se parece: estaba en Munich, frente al ayuntamiento y pensaba, “esto ya lo he visto en Bruselas”. En España miramos mucho a Europa y es lógico, pero nos olvidamos de Latinoamérica y estamos más unidos a ellos porque compartimos idioma y eso lo es todo.

¿Prefieres viajar sola o acompañada?
(se lo piensa) Prefiero viajar acompañada porque compartes buenos y también malos, momentos. Pero también viajaría sola. Tengo una amiga que me dice “viajar solo no significa estar solo”

Hay países en los que puede ser peligroso viajar sola siendo mujer ¿te ha ocurrido?
No estoy de acuerdo. Si un país es peligroso, es peligroso para hombres y mujeres. Recuerdo que hablé de este tema en una ponencia sobre mujeres viajeras. Hace dos años viajé a Turquía con una amiga y no hubo ningún problema. Además encontramos mujeres que también viajaban solas. Tengo amigas que han ido solas a Irán, la Oveja Negra por ejemplo, recorrió Argentina durante 4 meses haciendo autostop. No ha tenido ningún problema.

¿Tienes algún viaje en mente?
Tengo cuatro pendientes para este año. Voy a la Alcarria, luego a Utrecht, en noviembre a Marruecos (Tu Blog de Viajes) creamos una plataforma y celebramos el segundo año. y en diciembre me voy a Bélgica, a los mercadillos navideños.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row bg_color=»»][vc_column width=»1/1″][ish_separator color=»color13″][/vc_column][/vc_row][vc_row bg_color=»»][vc_column width=»1/1″][vc_column_text]En un segundo… 

Granada huele a…  canela
Te quedas con la luz de… Almería.
Islandia es… magia
La peor comida está en… Pekin
¿Tren o coche? Tren
Un turista es… un futuro viajero
Te sientes libre cuando… viajo.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row bg_color=»»][vc_column width=»1/1″][ish_gallery images=»1523,1524,1525,2193,2195″ thumbnail_size=»full» columns=»5″ ratio=»rectangle16″][/vc_column][/vc_row][vc_row bg_color=»»][vc_column width=»1/1″][ish_separator color=»color13″][/vc_column][/vc_row]